Cómo afecta la diabetes al entorno familiar

Publicado por: Angel Salazar En: HomeoBlog En: martes, septiembre 24, 2019 Comentario: 0 Hits: 4954

La llegada de una enfermedad crónica como la diabetes a la familia supone un periodo de adaptación. El diagnóstico de la diabetes conlleva un cambio no solo en el paciente, sino también en el entorno que le rodea. La rutina de toda la familia se ve alterada. Veamos cómo afecta la aparición de esta enfermedad a familiares y amigos, así como la manera de adaptarse mejor a este cambio.

Fase de culpa y duda

En el momento en que una enfermedad entra a formar parte del entorno familiar, el sentimiento de culpa aparece. Todos de alguna manera sienten que han fallado al paciente. “No le hemos cuidado lo suficiente”, “no he sabido alimentarlo bien”, “es mi culpa por no haberme dado cuenta antes”, “¿se podía haber hecho algo más?” Todas estas dudas son normales e incluso lógicas. Sin embargo, la diabetes no necesita culpables, sino más bien un cambio de actitud.

Antes de llegar a la fase de aceptación de esta enfermedad, se produce otra fase. La duda: “¿es correcto el diagnóstico?” “Seguro que ha sido un error”. El miedo e inseguridad que supone tener que enfrentarse a una situación nueva es lo que genera esta clase de cuestiones. A todo esto hay que añadirle la preocupación por explicar a los menores de la familia sus nuevas responsabilidades para con la persona enferma.

Fase de adaptación y salud mental

Para poder ayudar a una persona con diabetes es necesario que la familia haya aceptado la situación. Por otro lado, su salud mental ha de ser fuerte y estable, con el fin de hacer frente a todos los imprevistos inesperados de la diabetes. Una familia bien educada e informada es como una cadena cuyos eslabones son irrompibles. Si la diabetes ha aparecido en tu familia estos son algunos consejos para manejar de forma adecuada esta nueva circunstancia:

1. Actitud positiva frente al cambio. Los familiares deben procurar brindar un apoyo optimista que eleve la autoestima del enfermo.

2. Implicación activa en el tratamiento del paciente. Todos los miembros de la familia han de estar bien informados acerca de cómo y cuándo el diabético debe tomar su medicación. Todo ello, sin caer en la sobreprotección, ya que nunca debemos hacer sentir al enfermo como una persona débil e incapaz de cuidar de sí mismo.

3. Hacer actividades juntos sin permitir que la diabetes sea el centro de la familia. Hay vida más allá de la enfermedad.

4. Mantenerse informados constantemente. La información en familia ayuda a una mejor comprensión de la diabetes reduciendo así los conflictos.

5. Cocinar todos juntos para que la familia pueda adaptarse a los nuevos cambios alimenticios, sin necesidad de reconocerlos como responsabilidad solo de la persona diabética.

En definitiva, la familia y amigos juegan un papel primordial en la vida de un diabético. Por este motivo, han de aprender a desarrollar la paciencia y la perseverancia a lo largo de todo el camino.

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