Tratamiento de la Homeopatía para el alcoholismo

El alcoholismo se considera una enfermedad crónica por dependencia del alcohol. El abuso continuado de esta substancia, acaba produciendo daños orgánicos graves a nivel hepático, neurológico, circulatorio, psicológico y sistémico.

Los factores predisponentes pueden ser un entono social inadecuado, factores hereditarios, familiares o una personalidad inmadura. El tratamiento de la adicción exige habitualmente un abordaje multidisciplinar, requiriendo una reeducación conductual e incluso periodos de internamiento en centros o unidades especializados.

 ¿Qué puede hacer el tratamiento homeopático en estos casos? Como siempre en Homeopatía consideramos que no existe una enfermedad sin enfermo que la padezca. Es decir que el tratamiento va dirigido a mejorar la salud y los recursos adaptativos del enfermo más que a luchar contra la enfermedad.

La ventaja de los medicamentos homeopáticos es justamente que recuperan la noción del “enfermo” para la terapéutica. Son medicamentos suaves y sin toxicidad, pero de acción tan profunda que llegan a transformar el alma humana y pueden ayudar a que el paciente resuelva aspectos limitantes de su personalidad incluyendo el deseo de alcohol.

Los medicamentos homeopáticos a utilizar en estos casos, requieren una adaptación individualizada y un estudio profundo que tenga en cuenta los aspectos biográficos del paciente, posibles traumas, influencias del entorno y su estructura de personalidad psico-biológica.

En la práctica, esto supone que el abanico de medicamentos entre los que elegir el más indicado sea muy amplio. Vamos a hacer una pequeña descripción de algunos de ellos.

El bebedor que necesita darse valor antes de una prueba o aparición pública, encontrará su medicamento en el Jazmín amarillo o Gelsemium. Esta bonita flor ha demostrado en su estudio experimental que corresponde a situaciones de nerviosismo y anticipación antes de una prueba, un examen etc. La persona se descompone con temblores y deposiciones diarreicas debido a la ansiedad que le embarga...hasta que unas copitas de vino le devuelven la tranquilidad y el aplomo. Gelsemium justamente le ayudará a superar los miedos y encontrar la seguridad que le falta sin tener que recurrir al alcohol.

 Lachesis, corresponde a personas que sufren de celos, desconfianza y deseo de dominio. Tienden a beber como muestra de una oralidad insatisfecha, mezcla de agresividad y sensación de abandono. El alcohol les ayuda a mitigar su sufrimiento haciéndoles mostrarse locuaces y divertidos, pero a costa de provocar congestión en el hígado y sobrecarga circulatoria así como, varices en las piernas, especialmente en la izquierda.

Sulphur, bebe porque disfruta de la buena mesa y el buen vino. Personas con tendencia a problemas cutáneos, pueden ser indiferentes a su aspecto y viven en su propio mundo, filosofando sobre el sentido de su existencia que muchas veces no encuentran a pesar de intentar inspirarse con unas cuantas copas. Cuando caen en el alcoholismo, beben a escondidas, para no perder su sentido de dignidad delante de los demás.

Nux vómica, corresponde al ejecutivo estresado que necesita estimulantes para mantener su ritmo de trabajo. Pueden ser bebedores socialmente moderados pero que cada noche toman su whisky para relajarse. Este hábito mantenido durante años, hace que se alcoholicen sin darse cuenta hasta que un día aparecen en el servicio de urgencias del Hospital porque en un periodo de privación debutan con un síndrome de abstinencia.

 Pulsatilla, está indicado en personas con falta de carácter, sumisa y complaciente. Son personas muy necesitadas de afecto que pueden dejarse arrastrar por compañeros o un marido alcohólico a los que se suman para no sentirse solas. En el fondo se sienten culpables por su conducta y en el estado de embriaguez les puede dar por llorar y lamentarse de su soledad.

 Como podemos ver, distintos tipos de personalidades con un mismo problema encuentran en la Homeopatía medicamentos diferentes y adaptados a cada una de ellas.