Todo lo que debes saber sobre la glucemia en recién nacidos

En el caso de los recién nacidos y su glucemia podemos encontrarnos con dos situaciones. Una de ellas es la hipoglucemia y otra la hiperglucemia. Ambas alteraciones en los niveles de azúcar en la sangre podrían ser peligrosas para la salud del bebé. Veamos en qué consiste cada caso y cómo tenemos que actuar ante cada uno de ellos.

Qué es la hipoglucemia en recién nacidos

Cuando hablamos de hipoglucemia neonatal nos estamos refiriendo a unos niveles bajos de glucosa en la sangre del bebé. Antes del nacimiento el feto recibe la glucosa de la madre a través de la placenta. Una vez recién nacido, el niño consigue el azúcar que necesita por medio de la lactancia materna o, en su defecto, a través de la leche de fórmula. Asimismo, el bebé también produce glucosa en su hígado.

La hipoglucemia neonatal se produce cuando los niveles de azúcar en sangre del recién nacido están por debajo de los considerados como saludables para su edad. Esto sucede aproximadamente entre 1 y 3 de cada 1.000 nacimientos. Su principal consecuencia es que se produzcan daños en el cerebro del recién nacido, que dejen secuelas neurológicas definitivas. Y es que los recién nacidos necesitan de azúcar para obtener su energía, ya que el 80% de esa glucosa es utilizada por su cerebro. Mientras que en adultos dicho porcentaje se reduce hasta el 20%.

Qué es la hiperglucemia en recién nacidos

La hiperglucemia neonatal es justamente lo contrario. Esta situación se produce cuando los niveles de azúcar en sangre del bebé son altos. La causa no es otra que una carencia o un mal funcionamiento de la insulina en el cuerpo del bebé que impida el control de estos niveles correctamente. Esta hormona es la encargada de realizar este trabajo. No obstante, pueden existir diferentes causas por las que la insulina de un recién nacido sea baja o ineficiente:

●     Nacimiento prematuro.

●     Infecciones.

●     Problemas hepáticos.

●     Complicaciones hormonales.

●     Interacción con algunos medicamentos.

La hiperglucemia neonatal rara vez aparece en recién nacidos. Pero si se da esta situación es necesario un tratamiento insulínico para su control. De lo contrario, el bebé podría llegar a padecer deshidratación, pérdida de peso, complicaciones cerebrales y diuresis osmótica.

En ambos casos, se ha demostrado que la glucemia de los recién nacidos no está directamente relacionada con factores genéticos y que puede darse por otras causas subyacentes que sería necesario controlar.